10 tips para cambiar tu alimentación

1. Usa platos más pequeños. Los platos grandes significan porciones grandes; por lo tanto, comer más. De acuerdo con un estudio conducido en Hardvard, si haces un simple cambio en el tamaño del plato puedes consumir hasta 22% menos alimentos al año.

2. Haz que el agua esté más asequible. La mayoría de nosotros tomamos un sorbo de líquidos como jugos o café mientras trabajamos. Mejor, intenta esto: compra una botella grande de agua y ponla cerca de ti todo el día. Si la tienes cerca, optarás más seguido por tomarla y evitarás consumir opciones menos saludables naturalmente.

3. ¿Quieres tomar menos refresco? Usa vasos altos y delgados, en lugar de cortos y anchos. Observa la imagen de abajo, ¿qué línea es más larga, la vertical o la horizontal? Ambas son del mismo largo, pero nuestro cerebro tiene tendencia a sobrestimar las líneas verticales. En otras palabras, los vasos altos parecen más grandes a nuestros ojos. Y eso se debe a que la altura hace que las cosas se vean más grandes que la anchura, por lo que bebes menos de vasos altos. De hecho, en promedio tomas 20% menos de vasos altos que de bajos.

4. Usa platos que tengan un alto contraste de color con tu comida. Cuando el color del plato es similar al de la comida, naturalmente te sirves más porque a tu cerebro se le dificulta distinguir el tamaño de la porción. Debido a eso, los platos de color verde oscuro o azul son ideales porque contrastan con alimentos como la pasta y las papas (por lo que te sirves menos), pero, por el contrario, no contrastan con las verduras y los vegetales (por lo que te sirves más de ellos).

5. Coloca alimentos saludables en un espacio clave. Por ejemplo, podrías poner un plato con frutas o nueces cerca de la puerta principal o en cualquier otro lugar por el que pases antes de dejar tu casa. Cuando tienes hambre y estás apurado, es probable que agarres lo primero que ves.